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Sobre el lenguaje que debe enseñarse a usar, el iniciado en el nagualismo.

Pasaje inductivo.

A esta habla, los iniciados en el nagualismo, le llamamos nahualatolli: el lenguaje oculto de las transformaciones: La única forma de comunicación  y relación con otras realidades alternas a la nuestra, un complejo sistema lingüístico-anímico establecido por los magos maestros desde tiempos inmemoriales, para pactar, negociar e incluso combatir en el mundo espiritual, con entes adversos o benéficos al hombre,  perviviendo en la práctica cotidiana del nagualismo hasta nuestros días. Este lenguaje oculto es independiente al uso de la lengua autóctona en sí mismo, empero, sin la compresión de las alegorías místicas contenidas en la palabra pronunciada en lengua nahuatl, no existiría punto de referencia, ya que se trata de entender y principalmente de percibir los conceptos cosmogónicos y la mitología nahua a través de la mística del nagualismo y el lenguaje cifrado por su alto grado de abstracción poético-filosófico. La comprensión profunda de este conocimiento permite al ánima humana percibir el lenguaje de la manera correcta para activar el conjuro. Una sola palabra del nahualatolli puede de hecho, ser un rezo en sí misma, algo similar a lo que en las tradiciones orientales se denomina como “mantra”. Si es proyectada de forma adecuada, es decir, con la debida percepción de lo pronunciado, una sola palabra del náhuatl común, vista a los ojos del nahualatolli, puede por su contenido esotérico, provocar movimientos precisos y contundentes en el mundo anímico del Tlalocan y por consecuencia influenciar sobre el plano material o sobre otras realidades alternas a la nuestra. Un ejemplo de esto es la palabra nahuatl “cuauhtli,” que en español se traduce literalmente como “águila”. En el náhuatl común y corriente, es decir para los nahua-hablantes sólo significa “águila”, pero para los versados en el lenguaje oculto de los naguales: el nahualatolli, se entiende como una palabra compuesta de dos palabras aglutinadas: coatl: serpiente, sabiduría, consorte, gemelo y uhtli o ohtli: camino, vía, sustancia base. De tal forma que, en nahualatolli, se podría traducir la palabra cuauhtli como: camino de la serpiente, la vía (espiritual) del “gemelo” (Gemelo haciendo referencia a la trayectoria de la estrella de venus, que es una de las manifestaciones sagradas de Quetzalcoatl, una advocación doble de nombre Tlahuzpalcantecuhtli-xolotl, que en este caso revela, que el camino del gemelo es el transcurso cósmico del día a la noche y viceversa), también se puede traducir como “elixir o licor de sabiduría”. En el misticismo nahua se puede entender al “camino de la serpiente” como la vía energética en que las fuerzas materiales representadas por la serpiente, pueden “elevarse” hasta transmutar en el águila, que por su parte es un símbolo solar para los nahuas y otra culturas por excelencia, y representa en este caso a las fuerzas cósmico-espirituales a las que aspiramos acceder.

Para nuestros mayores, los sabios curanderos de las comunidades originarias; el nahualatolli no es sino un complejo discurso mágico, una súplica bien establecida por “los antiguos”, que siempre se debe elevar a lo alto, pues es menester para todo iniciado en el nagualismo acceder a las altas frecuencias vibratorias antes de adentrarse por el camino de la noche, ya que los seres humanos al ser materia, somos proclives por naturaleza, a hacer descender la energía hacia el centro de la tierra, provocando, si no se tiene suficiente cuidado, un desequilibrio crónico y difícil en nuestras animitas, volcando la enseñanza sagrada del nagualismo a prácticas desleales y egoístas, propias de los diableros y otros magos maestros malintencionados.

La mayor fortaleza de los iniciados en el nagualismo, será sin duda, acceder a la comprensión esclarecida de la hermenéutica nahua o del doble sentido místico-ritual de la oralidad nahua, que es el nahualatolli, eso hasta manejar a la perfección la significación, reproducción y funcionamiento del lenguaje en las practicas rituales y las herramientas rituales que usamos comúnmente en nuestra mesa o altar, sin importar cuál sea la línea de trabajo de los iniciados, que en este breve tratado de las transformaciones vamos a estudiar: Sean  reparadores (Curanderos, sanadores), recicladores (Brujos o hechiceros, encantadores), regeneradores (Cazadores o videntes) y reformadores (Guerreros, ensoñadores), así como las sub-líneas de trabajo derivadas de estos cuatro caminos del conocimiento oculto de las transformaciones.

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