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Profecías americanas: Mitología de los inocentes (Fragmento).
 
 
 
 
 

 

 

 

 

Autor: Ilhuilcamina Iztacuauhtzin (Seigunabi) 

Primera edición 2018

 

 

Quiero comprometer esta pasión  
 al mito de los primeros tiempos 
Cuando la piedra era el centro de casa 
Cuando el fuego y el rayo besaban la hierba 
 
Quiero expresar mis sentimientos 
como un llanto lleno de esperanza 
El primordial quehacer de los hombres 
por disipar en él los sueños displicentes 
de un río triste y agotado 
o el turbio ensoñar que el hijo del hombre 
descifrará una noche/ frente al espejo de su tocador. 
 
 
-Espejo de la memoria- 
 
 
 
 
¿Dónde está la dignidad? 
Quiero encontrar su buena luz 
¿Dónde está el hijo del hombre? 
 Aquel que dio sus grandes obras y se fue 
Nuestra patria nos ha entregado a la vida errante 
Babeando acalorados tras una fortuna de apariencias 
Entregado nuestro cuerpo al sueño americano 
y nuestra alma a unas miserables monedas 
Vidas desperdiciadas se expresan en miradas vacías 
en saludos con manos fofas y perfumadas 
Creemos que vestir es ser y nos ponemos todas las joyas 
Todos los títulos nobiliarios    y    todo tipo de sonrisas 
Quinientos años llenos de miedo e idolatrías europeas y yanquis 
¿Cómo fue que levantaron pirámides? ¿Cómo fue que leyeron las estrellas? 
En mi corazón no hay estas dudas          
Lo que tengo es mucha soledad. 
 
 
-El sueño de los ancestros- 
 
 
 
 
 
Un día mi mujer nunca se fue 
Un día mi mujer siempre estuvo 
Un día la olvidaron  
Un día la creyeron descubrir 
Pero ella siempre fue desnuda 
Y de tan “india” se hizo piedra 
La enterraron viva y la llamaron “los ancestros” 
Un día quedó colgada de un árbol seco  
en un barranco frente al mar 
Suspendida como bandera blanca 
sin promesas y sin lujos 
Un día llegó a Bahía vestida de “negra” 
y se hizo “mulata” y de “mulata” se hizo “loba” 
y de “loba” se hizo árbol rojo 
y la hicieron cruzar el mar de nuevo 
y todos los mares lloraron 
De ahí que hasta hoy saben a sal 
Un día mi mujer se despertó 
Un día creyendo que todo fue un sueño 
Pero la nombraron “mestiza” y la partieron en dos 
La dividieron en muchos trozos y los llamaron países 
Y  la obligaron a ser América. 
 
-Continente sin voz- 
 
 
 
 
Y aquí estás de nuevo 
En el horizonte como una cruz de madera 
Quizá recobres alguna de esas señales 
o atrapada en zarzas de espinas 
Se abran tus cuatro llagas y sangre tu frente  
Y entonces las luces de tu corona mística  
brillen sobre el lago del valle en un oasis 
 como una gran estrella roja otra vez… 
Si eres una guerrera/ podrías ser un halcón peregrino 
o una mujer bella y desnuda que todos ignoran 
con tu niño en brazos/ sobre el desierto 
jalando las riendas de un asno pues eres más que un rey 
Sabedora de las tormentas de arena y de los relojes de agua 
De cómo sobrevivir bebiendo el aire sobre las dunas sin contar los días 
Hoy más que nunca en la frontera de soledades humanas y todas… 
Las que le son a este mundo propicias. 
 
-Mujer de Latinoamérica- 
 
 
 
 
 
Somos hijos de la sierra 
todos los rebeldes originarios 
De la madre son los brazos de piedra 
Las murallas de barranco y la bruma en estampida 
encubriendo a nuestras casas y corazones 
Así de naturales/ hijos del monte 
Tentadores y oprimidos  
Morir/ morir enrollados cual culebras 
Cual semilla sembrada  
 
¡Ahorcaré a mi hijo antes de dárselo al esclavista! 
Luego ataré mi soga a esa viga… 
 
Puede ésta ser la voz del viejo antillano 
 
Somos hijos de la sierra 
Frutos y flores crecen en los cactos. 
 
-Hijos de la sierra- 
 

 

 


 
Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
Se burla de todo orden y de la razón 
Lo veo en tus ojos/ paisano 
Esta patria grande se nos va al carajo 
 
Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
En las uñas sangre/ suciedad y arcilla 
Aquí por igual te mata algún sicario 
La guerrilla / el paraco o hasta la CIA 
 
Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
Es ese instinto de histeria que domina 
Aquí en el país del “no pasa nada” 
Mientras que el corrupto se ríe de la justicia 
 
Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
La virgen que llora sangre y tú te arrodillas 
No agaches tanto la cabeza mi hermano 
Que es siempre “el de arriba” quien nos vigila 

Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
En la zona residencial frente a las villas 
De aquel basural salen los gusanos 
A eso le llamamos voto democrático 
 
Yo opino que el Diablo está en Latinoamérica 
Y así se nos va toda la caraja vida 
Ya casi es tuyo el sueño americano 
Las llagas latientes de América Latina. 
 
 
-El diablo en Latinoamérica- 
 
 
 
 
Continuará...

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